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Hoy en día vivimos en un mundo donde empresas y personas buscan la optimización y la eficiencia, analizando esto de forma cotidiana y mundana te pregunto ¿tienes focos extra guardados en tu casa? ¿Qué tal clavos u otras cosas como refacciones?

Me casé hace 6 años, dato que es relevante porque entre los regalos de boda, nos obsequiaron cosas que una pareja recién casada necesita, una plancha, licuadora, sartenes; el tema es que como yo ya vivía emancipado ya contaba con estos utensilios, y ante la opción de cambiarlos, venderlos o “reciclarlos” como regalo a otra pareja de recién casados, decidimos conservarlos, en caso de que los necesitáramos en el futuro.

Cuento esta historia porque no fue hasta hace un par de semanas que mi vieja plancha sufrió una caída y ya no servía para su función principal, pero en ese momento me alegré de recordar que aún teníamos en su empaque la que nos dieron como regalo de nupcias, así algo que no era eficiente, ni óptimo (un utensilio sin usar, ocupando espacio y más en su empaque, además de que son más cosas a trasladar en caso de que hagas mudanza) se convirtió en algo antifrágil para mis pobres camisas que necesitaban ser planchadas.

Lo mismo pasa cuando necesito un clavo para colgar algo (no optimizo teniendo el mismo número de clavos que de cuadros), cambiar un foco (suelo tener repuestos, aunque “gasten” espacio) y otras cosas.

En inversiones y negocios, muchos siempre están buscando la optimización y la forma más eficiente de invertir sus recursos, a veces menospreciando la liquidez extra que uno tiene, ya que ese recurso líquido podría estar invertido en activos con rendimientos mayores, o en el caso de nuestros negocios podríamos apalancarnos más y obtener más ganancias.

Más cuando los tiempos no sean tan maravillosos y los vientos cambien de dirección (que nadie sabe cuándo en realidad) los que tengan la redundancia de tener liquidez “de más” seguramente estarán felices de no haber optimizado.

Incluso la madre naturaleza conoce los beneficios de la redundancia, si no para qué tendríamos, dos pulmones, dos riñones si en teoría pudiésemos funcionar sólo con uno de cada uno.

Así que inviertan bien, no eliminen todas las redundancias y compórtense como buenos inversionistas.

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