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Cuando pensamos en inversiones y riqueza, es natural que se nos venga a la mente que algo muy importante es ser inteligente, descubrir las mejores empresas y tendencias para poder invertir en ellas y hacer mucho dinero.

El fondo Long Term Capital Management (LTCM), del que ya he hablado antes, fue un hedge fund creado a principios de los 90’s en donde estaban involucrados Robert C. Merton y Myron Scholes, dos académicos que eran vistos como las mentes más brillantes de Wall Street del momento. LTCM hizo muchísimo dinero para sus inversores (y los fundadores y manejadores del fondo) de 1994 a 1997,  casi duplicando el rendimiento de los índices accionarios de Estados Unidos en este corto periodo de tiempo. Sin embargo en 1998, en unas cuantas semanas lo perdieron todo porque sus modelos de inversión que les daban “ventaja” sobre los demás, no previeron o siquiera tomaron en cuenta riesgos que podían llevar al fondo a la catástrofe y al final, estos riesgos se materializaron.

Los managers y fundadores de LTCM tenían prisa por hacerse ricos, que lo hicieron, utilizando apalancamiento (deuda) y modelos sofisticados, más fallaron en mantenerse ricos.
Warren Buffet, quien es uno de los inversionistas más grandes de todos los tiempos, ha logrado generar riqueza, pero más importante ha conseguido mantenerla.

Buffet nunca  se expuso a crédito o apalancamiento que pudiera resultar en daño catastrófico, y a pesar de que hay miles de textos que atribuyen su éxito a sus habilidades para seleccionar excelentes oportunidades de inversión, quizá lo más importante de su éxito es el tiempo que lleva invirtiendo y que  ha sobrevivido décadas para gozar de los frutos del compoundig.

En las historias de LTCM y Buffet, resalta la importancia de sobrevivir, más que la inteligencia y la habilidad de generar retornos extraordinarios. Si sobrevivimos y evitamos exponernos a riesgos catastróficos seguramente tendremos buenos resultados en el futuro.

Para sobrevivir hay que evitar riesgos que nos lleven a no hacerlo, tanto no exponernos a riesgos catastróficos invirtiendo gran parte de nuestro patrimonio en cosas muy especulativas y complejas, como calibrar mal nuestra capacidad de inversión (¿Cuándo necesito el dinero?) y tolerancia al riesgo (¿tengo el estómago para invertir en esto?

Así que inviertan bien, sobrevivan y compórtense como buenos inversionistas.

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