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Este 2022 nos trajo (de vuelta) lecciones sobre invertir y mercados. Pasamos de la euforia de 2021, del éxito de los YOLO investors, cryptobros, JPEGS de miles de dólares, inversiones en tierra virtual, a la realidad: invertir no es fácil, en ningún activo.

La principal lección (que no es nueva) de este 2022 fue que TODOS los modelos están rotos, hasta los de la Fed; a finales de 2021 y principios de 2022 pasamos del discurso de “la inflación es transitoria” a “cada vez entendemos más lo poco que entendemos sobre la inflación.

Hasta Jonathan Heath lo dijo que además de política monetaria para combatir la inflación, los banqueros centrales necesitan “algo de suerte”.

Ligado a esta lección es que la incertidumbre y la volatilidad, tarde o temprano se materializarán en los mercados, y es prácticamente imposible saber cómo y cuándo; sin embargo la incertidumbre y volatilidad no son un error en los mercados, sino una característica que entre más pronto la acojamos, estaremos más cerca de tomar decisiones de calidad y sobre las cosas que sí controlamos (como mi nivel de riesgo, cuánto voy a invertir, el tiempo que voy a invertir).

Otra lección es que al invertir no importa el resultado final, si no el proceso. El tomar riesgos excesivos nos puede llevar a resultados extraordinarios cuando las cosas van bien, pero cuando regrese o se manifieste la incertidumbre, este mismo exceso de riesgo puede llevar a la extinción a nuestro portafolio; el proceso de tratar de evitar riesgos excesivos, balancear activos sin riesgo con activos de riesgo en un portafolio, puede no ser tan cool como lo que hace un hedge fund, pero este proceso nos da altas posibilidades de generar riqueza en el largo plazo a pesar de la volatilidad e incertidumbre.

Otra lección, es que no importa cuán inteligente seas, si no tienes inteligencia emocional, tanto para soportar la incertidumbre, como para no caer preso de la avaricia y entrar a una burbuja justo antes de que truene, difícilmente tendrás éxito como inversor, recordemos que, hasta Newton, el hombre más inteligente de su era fue presa de una manía especulativa. Al invertir el temperamento es más importante que el IQ.

Ben Carlson también nos relata que hay una delgada línea entre el genio y el idiota. Los genios se coronan durante los mercados alcistas. Los idiotas se revelan durante los mercados bajistas. A veces les pasa a las mismas personas.

Cerramos el año con preocupaciones de si en 2023 sí vendrá una recesión, la más anticipada por todos los economistas, a lo que contesto con la primera lección de 2022 TODOS los modelos están rotos, incluso ayer lo comento Powell, “nadie puede saber si vendrá o no una recesión en los próximos meses”.

Si es buena idea invertir en acciones o no, no depende de los pronósticos para 2023, sino más de nuestro temperamento, plazo y objetivos, al final como dice Ben invertir en acciones es una apuesta de que la humanidad resolverá las cosas.

Grabémonos estas lecciones, invirtamos bien y comportémonos como buenos inversionistas.

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